Acerca de nosotros: Sala N° 2 "Sala del Liceísta"

Lema: "Formarse para tomar vuelo".
Espacio en donde se muestra la vida cotidiana de los estudiantes en el Liceo, sus diferentes áreas de capacitación, entrenamiento y socialización, animado con figuras que lucen los diferentes uniformes de los cadetes y alumnos de régimen externo. 


La muestra en la Sala del Liceísta, está compuesta por tres dioramas: el despertar en el liceo,  actividades de campaña, por último: Diplomas y Reconocimientos




Abanderado Mariano Grandoli

Monumento al Abanderado. Plaza de Armas del L.A.M. que lleve su nombre

Cleto Mariano Grandoli (n. Rosario, 26 de abril de 1849 - † Curupayty, 22 de septiembre de 1866) fue un soldado argentino que luchó en la Guerra de la Triple Alianza y falleció en el campo de batalla portando la Bandera Argentina, lo que lo hace también conocido como el Abanderado Grandoli.

Nació en Rosario de Santa Fe, el 26 de abril de 1849, siendo bautizado en la Parroquia de Nuestra Señora del Rosario.
Se educaba en su ciudad natal cuando el mariscal Solano López atacó los buques de guerra argentinos “Gualeguay” y “25 de Mayo”, apoderándose de la ciudad de Corrientes e invadiendo el territorio de esta provincia,

El joven Grandoli se ofreció al Ejército en julio de 1865, siendo dado de alta como subteniente abanderado del Batallón Santafesino.

Participó en la batalla de Yatay y en la toma de Uruguayana, y por méritos de guerra, en octubre de dicho año ascendió a subteniente 1º de bandera de su batallón. 

Permaneció en el campamento de las Ensenaditas, de enero a abril de 1866. Participó en el rechazo de los paraguayos en el Estero Bellaco del Sud, el 2 de mayo, y en la acción librada el día 20 para cruzar el mismo estero.

Fue uno de los que combatieron en la tremenda batalla de Tuyutí, el 24 de mayo. 

Las unidades rosarinas se destacan brillantemente. El “1ro de Santa Fe” y el “Rosario” se cubren de gloria, y sus banderas, sostenidas por los jóvenes abanderados Grandoli y Anaya, flamean en medio del combate, en tanto que las balas las acribillan poniendo en serio peligro a los que las llevan. 

El Coronel Avalos, cuyo Cuerpo perdiera ochenta y dos hombres, felicita al portaestandarte que demostrara no temer a la muerte en esa horrible batalla que fuera considerada por los más destacados especialistas en temas castrenses, la más grande y sangrienta de América del Sur. 

Grandoli fue acreedor al escudo de plata acordado por ley del Congreso posteriormente.


Tomó parte en las operaciones de Yataytí-Corá, en julio de 1866, y en Boquerón y Sauce. En vísperas del terrible asalto de Curupaytí, Grandoli, al contemplar las imponentes defensas, escribió a su madre: 

“El argentino de honor debe dejar de existir antes de ver humillada la bandera de la Patria. Yo no dudo que la vida militar es penosa, pero, ¿qué importa si uno padece defendiendo los derechos y la honra de su país? Mañana seremos diezmados, pero yo he de saber morir defendiendo la bandera que me dieron”.

Y el Héroe cumplió gloriosamente su promesa, cayendo atravesado por 14 balazos el emblema que conducía Grandoli, y manchado con la sangre de éste, que cayó al pie de las trincheras paraguayas de Curupaytí, en la inmortal jornada del 22 de setiembre de 1866.

La enseña manchada con la sangre del glorioso abanderado, está actualmente en el Museo Histórico Provincial Dr. Julio Marc, de Rosario, Pcia. de Santa Fe. 

En una placa de bronce, se transcribe la carta que el coronel Avalos le dirigió días más tarde a un vecino de Rosario: 

“Hecha pedazos como está y manchada con la sangre del intrépido subteniente 1ro de bandera don Mariano Grandoli, tal vez no la conozcan más las distinguidas señoritas que la trabajaron…”, y concluía pidiendo que les dijera: “No se olviden de los que quedaron en Curupaytí, que tal vez ellos ese día recordaban de ellas por el tanto arrojo que hubo”.

El 13 de junio de 1872, el antiguo jefe de la 3ª División del 1er Cuerpo del Ejército Argentino, a la que pertenecía el Batallón 1º Santa Fe, coronel José Ramón Esquivel, extendió en la ciudad del Rosario, una certificación de los gloriosos servicios prestados por el abanderado Mariano Grandoli, en su corta, pero admirable carrera militar.

Los restos de Grandoli no pudieron ser rescatados y quedaron en la trinchera, como los de tantos argentinos.


Fuente:Portal www.revisionistas.com.ar
De Marco, Miguel Angel – Banderas rosarinas en la Guerra del Paraguay, (1960).
Turone, Oscar A. – Efemérides – Patricios de Vuelta de Obligado.
Yaben, Jacinto R. – Biografías argentinas y sudamericanas – Buenos Aires (1939).
Recuperado. 13.02.2020

10 de Agosto: Día de la Fuerza Aérea Argentina. Aniversario de la Creación del L.A.M.

En el año 1954, se establece el 10 de agosto como "Día de la Fuerza Aérea Argentina", por ser la fecha de creación de la Escuela de Aviación Militar, primer organismo aéreo militar (Decreto Nº14204 - BAP Nº1145).

En el año 1912 se había firmado el decreto por el cual se creaba la Escuela de Aviación Militar en El Palomar, primer organismo antecesor de la Fuerza Aérea Argentina (Decreto S/Nº, 2ª parte, BM Nº696). Siendo su primer director el teniente coronel ingeniero militar Arenales Antonio Uriburu (Decreto S/Nº, 1ª parte, BM Nº3385), quien permaneció en el cargo hasta el 22 de noviembre de 1915 (Decreto S/Nº, 1ª parte, BM Nº4304).

También un 10 de agosto, pero de 1979 se crea el Liceo Aeronáutico Militar en la localidad de Funes, provincia de Santa Fe (Resolución Nº377/79 - BAR Nº2012) por el entonces Comando en jefe de la Fuerza Aérea Argentina, iniciando su primer ciclo lectivo en el mes de marzo del año siguiente.


El Liceo Aeronáutico Militar tiene por misión educar integralmente a jóvenes con vocación aeronáutica a fin de capacitarlos para trascender las exigencias de su tiempo conforme a los valores esenciales y permanentes de la persona humana y aportar una reserva calificada para la Fuerza.

El plan de estudios comprende dos áreas complementarias entre sí, el programa académico y el aeronáutico militar.  Dentro del programa aeronáutico militar, las/os alumnos reciben información acerca de la historia y tecnología aeronáutica y espacial nacional y mundial, tomando conciencia de la importancia del accionar aeroespacial en la ocupación del ser humano actual y en el desarrollo del mundo moderno.

En octubre de 2004, las autoridades del Liceo Aeronáutico Militar inauguraron el Museo, en el cual se hayan representadas las distintas etapas de la historia de la aviación, y donde se recrea la vida cotidiana de las/os liceístas. 

En la Sala del Liceísta del Museo Aeronáutico L.AM. están distribuidas fotos en blanco y negro que documentan los inicios de la Institución, así como los planos del mismo, donde están proyectadas las columnas que se irían adicionado: una por cada década sosteniendo y fortaleciendo el proyecto educativo.


También se exhibe una maqueta con la distribución de aulas, compañías, espacios deportivos, plaza de armas y demás reparticiones de apoyo a la docencia. Dicha maqueta fue reconstruida y ampliada por los preceptores: Norberto Brusasca y Víctor Pagani, sobre una original realizado por el prof. fundador de la cátedra de Actividades Manuales y Recreativas Alfredo Del Zoppo y Ayudante de Taller Ricardo Pérez. 
La reconstrucción y actualización de la maqueta se concretó  en el año 1993, censando al detalle cada ejemplar arbóreo.


Referencias: 
http://www.noticiasenvuelo.faa.mil.ar/articulos.asp?idn=745 Recuperado 9.8.22
Efemérides F.A.A. 2022

9 de Julio - "Día de la Independencia"


La Casa Histórica de la Independencia es un edificio histórico localizado en el centro de la ciudad argentina de San Miguel de Tucumán, donde un cuerpo de delegados de la mayoría de las Provincias Unidas del Río de la Plata, conocido como el Congreso de Tucumán, proclamó la declaración de independencia de la Argentina, el 9 de julio de 1816.

La noción de independencia permite nombrar al Estado que no depende ni es tributario de otro. Surgió como concepto político tras la Declaración de Independencia de los Estados Unidos que fue presentada en 1776. A partir de entonces, muchos otros países comenzaron a responder al colonialismo europeo con sus propias declaraciones de independencia, que solían ser el fruto de procesos complejos.

Cuando San Martín llamaba a terminar definitivamente con el vínculo colonial, una comisión de diputados, integrada por Gascón, Sánchez de Bustamante y Serrano, propuso un temario de las tareas que debía acometer el Congreso, conocido como “Plan de materias de primera y preferente atención para las discusiones y deliberaciones del Soberano Congreso”.

El 9 de julio de 1816, el mismo día en que se aprobó el temario, se resolvió considerar como primer punto el tema de la libertad e independencia de las Provincias Unidas. Los diputados no tardaron en ponerse de pie y aclamar la Independencia de las Provincias Unidas de la América del Sud de la dominación de los reyes de España y su metrópoli.

Fuente: El Redactor del Congreso Nacional, Nº 6, pág. 4, 23 de septiembre de 1816, en Ravignani Emilio, Asambleas Constituyentes Argentinas, Tomo I, Buenos Aires, 1937, págs. 216-217.

20 de Junio: Día de la Bandera

 

Yo te saludo, bandera de mi Patria, sublime enseña de libertad y honor, jurando amarte, como así defenderte, mientras palpite mi fiel corazón.

El 27 de febrero de 1812 Belgrano establece la batería de artillería llamada Independencia en una isla del río Paraná próxima a la entonces pequeña población conocida como Villa de El Rosario (la actual ciudad de Rosario). En esa misma fecha, hacia las 18:30, y en solemne ceremonia Belgrano dispone que sea por vez primera enarbolada la bandera de su creación.

Los orígenes del símbolo que flamea en cada escuela, como una parte fundamental de la identidad nacional, se remontan a su pasado como insignia militar. 

“En los primeros años de revolución, en el campo de batalla los uniformes solo los usaban quienes los podían pagar, por lo que la mayor parte de la tropa vestía de civil. Se hacía necesario, entonces, obtener una insignia distintiva para las tropas en lucha”. (1)
El centro de lo que fue, en esencia, una lucha civil entre los llamados patriotas y realistas, la bandera nació como una forma de superar los localismos e identificarse: “Cuando se evocaba a la patria en esa época se pensaba en el concepto antiguo, es decir el lugar de nacimiento. La cuestión era superar la dimensión local de las milicias y contar con un único ejército profesional, capaz de actuar en cualquier lugar”.

Las Provincias Unidas del Río de la Plata constituídos en depositarios de la soberanía derivarían finalmente en el proceso de la declaración de la independencia y el proyecto de formar una nación. 
En ese escenario vertiginoso, Manuel Belgrano, economista, abogado, político y militar de la época, ordenó la creación de una bandera que viniera a aportar unidad al ejército patriota y pudiera, en simultáneo, diferenciar a los soldados en el campo de batalla.


(1) Julio Djenderedjian, investigador independiente del CONICET en el Instituto de Historia Argentina y Americana “Dr. Emilio Ravignani” (Instituto “Dr. E. Ravignani”, CONICET-UBA).

https://santafe.conicet.gov.ar/20-de-junio-el-simbolo-de-la-bandera-a-lo-largo-de-la-historia/ Recuperado 06.06.2021

Oficiales de la Fuerza Aérea Argentina visitan nuestro Museo

 


Un nuevo desafío superó hoy la Brigada Museo, al recibir la prestigiosa visita de la Promoción 49°de Oficiales de la Fuerza Aérea Argentina, quienes recorriendo el Museo, pudieron rememorar a través de los objetos que se custodian hitos en su formación profesional y científica, así como rendir un sentido homenaje a los Héroes, Veteranos y Vetaranas en la Sala Islas Malvinas.

En el mismo año que se fundó el Museo Aeronáutico Militar se conformó un grupo de jóvenes entusiastas denominado: Brigada Museo, que pusieron junto con el entusiasmo y el servicio, el deseo de indagar diariamente el apasionante mundo de la aviación. Actualmente siguen colaborando con los montajes, renovando la cartelería y promoviendo la difusión de las actividades a través del blog: medio de comunicación ágil por su accesibilidad, y al cual desde el año 2021 le han anexado el código QR.

Año a año, surgen nuevos integrantes que se suman al entusiasmo manteniendo firme el espíritu de cooperación que perdura desde sus inicios en el año 2004.

En ésta oportunidad la Brigada Museo tuvo a cargo la guía en las tres Salas que conforman el Museo: Sala General, Sala del Liceísta y la Sala Islas Malvinas.

El Museo Aeronáutico Militar es miembro titular de La Red de Museos de la Defensa (RE.MU.DEF.). que agrupa a los museos de las tres Fuerzas distribuidos en todo el país.

Se acompaña a la presente nota, un collage de fotos del evento que tuvo lugar en las instalaciones del Museo Aeronáutico Militar.

 


Pioneros de la Aviación Argentina

29 de mayo de 1919 


Teniente Aviador Militar Benjamín Matienzo

Benjamín Matienzo nació en la provincia de Tucumán el 9 de abril de 1891. Ingresó al Colegio Militar de la Nación el 9 de marzo de 1909 egresando con el grado de Subteniente del arma de Ingenieros el 31 de diciembre de 1910. Su promoción de egreso fue la Nº 35, entre sus camaradas hubo una importante cantidad de aviadores civiles y militares: Manuel Félix Origone (primera víctima de la aviación militar), Luis Cenobio Candelaria (primero en cruzar la cordillera en aeroplano), Oscar Lozano, Antonio Parodi, Vicente Andrada y Julio García Fernández, Gregorio Jesús Rafael Terneyro Bravo y José William Rosasco.

En 1916 in­gresó a la Escuela de Aviación Militar de Aviación. El 24 de marzo de 1917 obtuvo el título de Piloto Aviador Nº 111, el 12 de septiembre obtuvo el título de Aviador Militar Superior y el 24 de junio de 1918 el título de Aviador Militar (Boletín Mi­litar Nº 5058) como parte del 4º Curso de Aviadores de la Escuela de Aviación Militar. El 23 de mayo, a bordo del biplano Voisin 5 LA de la Es­cuela de Aviación Militar, realizó exitosamente con el Ingeniero Ed­mundo Lucius un raid entre las localidades de El Pa­lomar y San Miguel de Tucumán con escalas en Rosario, Ra­faela, La Banda Real, Sayana y Santiago del Estero.

Junto a los oficiales aviadores militares Zanni y Parodi conformó el núcleo fundacional de la aviación de caza del Ejército Argentino y proyectaron el cruce de Los Andes por Mendoza a Santiago de Chile. Para ello conformaron una escuadrilla integrada tres biplanos: el Ansaldo SVA 5 Nº 1 Sar­torelli, el Ansaldo SVA 10 Nº 1 Giovanardi y el Nieuport 28C1 N6338, cuyo cruce estaba previsto para el día 28 de mayo de 1919.

Ese día Matienzo decidió ser el primero en concretar el intento de cruce y despegó del aeródromo de Los Tamarindos falleciendo al caer con su avión entre el 28 y 29 de mayo de 1919 al intentar el cruce en vuelo de Los Andes desde Mendoza luego de precipi­tarse en la cor­dillera con el Nieu­port 28C1; su cuerpo sin vida, fue hallado el 18 de noviembre frente a la Casa de las Minas, distante a 20 km del paraje de Las Cue­vas.


Fuente: http://www.earlyaviators.com/ematienz.htm. Recuperada 29.05.17

Día del Helicopterista de la Fuerza Aérea Argentina

En el año 2018, se estableció formalmente el Día del Piloto y Tripulante de Helicópteros por Resolución Nº 947 del Jefe del Estado Mayor General de la Fuerza Aérea en conmemoración a la primera misión de búsqueda y rescate exitosa ejecutada por el Escuadrón de Helicópteros el 21 de mayo de 1982.


En la Sala Islas Malvinas del Museo L.A.M. se exhibe una reproducción de la pintura  realizada por el artista Exequiel Martinez, con técnica de ploteo. La misma fue ingresada al Museo en el año 2012 y sus medidas son de 90 cm por 67 cm.

Ésta reproducción hace referencia al día de mayo de 1982, cuando la tripulación del helicóptero Bell 212 H-85  en pleno desembarco enemigo en la zona del Estrecho de San Carlos, efectuó el primer rescate aéreo en zona de combate. 

El helicóptero Bell 212, matrícula H-85, indicativo “Tordo”, armado con cuatro ametralladoras Browning 7.62 mm, se le asignó la misión de búsqueda y rescate. Estaba tripulado por los tenientes Luis Longar y Gustavo Brea, cabos primeros Ernesto Palacios y Roberto Quiñonez. 

Encontraron el avión Pucará del mayor Tomba, el asiento eyectable y el paracaídas. Prosiguieron la búsqueda y al atardecer las bengalas lanzadas por el piloto permitieron ubicarlo. 

Regresaron de noche, guiados por el radar de artillería y aterrizaron en una zona iluminada por las linternas del personal de la Base Militar Cóndor.

Fuentes consultadas:

Fuerza Aérea Argentina 

Efemérides. Dirección de Asuntos Históricos de la F.A.A. Edición 2022
Hitos de Malvinas. https://www.argentina.gob.ar/fuerzaaerea/hitos-de-malvinas-linea-de-tiempo Recuperada 18.05.22


La mision de los Canberra en Malvinas: Bombardeos Nocturnos.

El Canberra surge ante una necesidad de la Royal Air Force de poseer un avión más veloz que el Gloster “Meteor”. El birreactor efectuó el primer vuelo el 23 de abril de 1950. A fines de 1970 nuestro país adquirió las versiones MK 62 y MK 64. 

Apenas ocho días después del desembarco del 2 de abril, desplegaron a la Base Aeronaval “Almirante Irizar”, en Trelew. Mientras tanto, en la imaginación de los mandos del escuadrón maduraba una idea: era necesario confundir los sistemas de guiado de los misiles ingleses por lo que debían encontrar un sistema de defensa que permitiera, al recio MK-62, sorprender a sus padres de manufactura. Y lo lograron...
Si los Harrier poseían chaff y bengalas, ¿porqué no los Canberra? El problema era doble pues nunca se había contado con estos elementos defensivos y había que conseguir los Chaff y fabricar los lanzadores. 
La Jefatura de Inteligencia proporcionó la frecuencia de emisión de los radares que utilizaban las fragatas misilís-ticas y la Armada, la correspondiente al control de tiro del Sea Dart, el Marconi 909, y los valores magnéticos e infrarrojos de la cabeza del misil. De esa manera, se determinó la longitud que debían tener las delgadas laminillas, el problema era cómo fabricarlas.

BAC MK-62 Canberra(B-109): Birreactor biplaza/triplaza de bombardeo táctico y reconocimiento aerofotográfico de origen inglés. Durante la guerra de Malvinas cumplieron 43 salidas siendo el único avión que realizaba misiones nocturnas. 


El jefe del escuadrón Técnico de la Base Aérea Militar Trelew, mayor Fernando Rezoagli regresó a Paraná para desarrollar el sistema y, en un relato personal, cuenta como convocó a su casa a los compañeros del colegio secundario del hijo y les entregó un rollo de papel aluminio y tijeras. Durante horas cortaron tiritas hasta reunir un considerable volumen que no alcanzó por lo que debió buscar otra forma más rápida y eficiente.

Surgió el ingenio argentino. Las laminillas tenían el ancho de un tallarín. En el pañol de la II Brigada había grandes rollos de grueso papel metalizado enviado por los ingleses, para cubrir el tubo de chorro y disipar calor. Sorprendido, el personal de la fábrica de pastas “Vía Nápoli” de la ciudad de Paraná, un día vio llegar a los hombres de la unidad con uno de los rollos, y su máquina cortadora fue la encargada de realizar la primera prueba.

Decidido el método, una cortadora de tallarines fue facilitada a la brigada y se comenzó el trabajo casi en forma industrial. En su dimensión longitudinal las tiritas fueron cortadas con tijeras, en grandes mesas, por personal femenino.
Mientras tanto, el comodoro Valenzuela trabajaba en el diseño de los lanzadores y en la preparación de bengalas aptas para los misiles guiados por rayos infrarrojos. Para los lanzadores se utilizaron los cartuchos de arranque de los aviones, colocados en un tambor horizontal con siete unidades que se ubicaban en la cola del avión, para lo que fue necesario agujerear el piso. A su pedido, Fabricaciones Militares desarrolló un grano de pólvora que se quemaba uniformemente a 500° C, temperatura algo mayor que la de la salida posterior de gases del Canberra.

En los cartuchos se colocaba primero la bengala con un paracaídas, luego se completaba su volumen con Chaff y finalmente una tapa plástica que sostenía todos los elementos para evitar que se cayeran. El iniciador eléctrico era el mismo de los cartuchos de arranque. Se conectó a los iniciadores con una manguera de cables que llegaba hasta el tablero del navegador donde estaban numerados los lanzadores de 1 a 7, cada uno tenía su llave de activación y una luz roja que indicaba que había sido disparado. Lógicamente, no se podía seleccionar Chaff o bengala, siempre se eyectaban los dos juntos. 

Se trasladó el equipo a Trelew, se probó el lanzador y las bengalas infrarrojas y, para el 1° de mayo, todo estuvo instalado. El piloto podía accionar el sistema cuando veía el misil, ya sea desde el lanzamiento, cuando la cubierta del buque se iluminaba por los fogonazos o cuando observaba, en la oscuridad de la noche, un halo con centro negro dirigiéndose hacia su avión.

Ese día, dos escuadrillas de tres aviones cada una, fueron enviadas a bombardear los buques que bombardeaban las posiciones en Puerto Argentino. La primera de ellas, indicativo “Ruta”, logró divisar al portaaviones HMS Invincible, su jefe advirtió el lanzamiento de un misil y, mientras realizaba un viraje a baja altura, lanzó sus Chaff. El proyectil se desvió, hizo impacto en el agua, detrás del avión aunque alcanzó a producirle algunas averías en la punta del plano que no impidieron su regreso a salvo. La segunda, con el indicativo “Rifle”, partió inmediatamente después que los “Ruta” y fue interceptada por Sea Harrier. En esta ocasión, los aviones ingleses lograron ubicarse dentro del alcance necesario para lanzar sus Sidewin-der y derribaron al Canberra tripulado por el teniente Eduardo De Ibáñez y el primer teniente Mario González quienes se eyectaron pero no pudieron ser rescatados. Así, el escuadrón sufrió las primeras bajas en el Batalla Aérea de Malvinas.

Esta primera experiencia, y el sistema de detección temprana establecido por la flota, el poderoso arsenal misilístico de las naves y las constantes Patrullas Aéreas de Combate para interceptar los ataques aéreos hizo que los Canberra, por sus características, no pudieran participar de los siguientes ataques a la flota.

Con los nuevos elementos, el escuadrón veló sus armas. Luego del desembarco inglés del 21 de mayo en San Carlos y afianzadas las tropas ingleses en el terreno, los Canberra fueron los elegidos para realizar misiones que ningún otro avión argentino estaba en condiciones de llevar a cabo: Bombardeos Nocturnos.


Los vuelos comenzaron el 26 de mayo. Durante cinco días, las tropas desembarcadas en San Carlos fueron bombardeadas, noche tras noche, por antiguas aeronaves que gracias a su nuevo sistema de defensa, se transformaron en indetenibles. El 31 se realizaría la última misión en esa zona porque, a las dificultades lógicas de este tipo de bombardeo, se sumaba la situación meteorológica de la zona – casi siempre adversa – todo lo cual hacía que los lanzamientos no tuvieran la exactitud deseada, y en el lugar se encontraba gran cantidad de prisioneros de guerra argentinos capturados tras la caída de Darwin.

A partir de ese momento, las tropas inglesas en los montes que rodean a Puerto Argentino fueron el objetivo nocturno de los Canberra y su efectividad fue tal que el almirante Woodward debió iniciar una acción imprevista que se llamó “Operación Cambelow”. Durante la noche, una fragata y un portaaviones se acercaban a las islas para poder lanzar sus patrullas aéreas de combate con la máxima anticipación posible en un intento de interceptar los bombarderos argentinos.

Esto tampoco detuvo a los tozudos hombres del escuadrón. Se acercaba el asalto final y aún así, todas las noches, los observadores de Puerto Argentino, podían ver los montes iluminarse de explosiones y sus almas asediadas no se sentían solas. En estas horas, la actuación del Escuadrón Canberra fue de gran importancia, no sólo por los daños y bajas que el poder de sus bombas causaba en el enemigo, sino también para levantar la moral de las tropas argentinas.

El último día de combate de la Fuerza Aérea Argentina, también tuvo como protagonista al Escuadrón Canberra. A las 21:30 del 13 de junio, dos aviones, matrículas B-108 y B-109, decolaron de Río Gallegos para apoyar el accionar de las defensas terrestres en Puerto Argentino. Al llegar al blanco, el B-109 pudo realizar su lanzamiento sin problemas pero, apenas hubo lanzado sus bombas el B-108, tripulado por los capitanes Roberto Pastrán y Fernando Casado, fue alcanzado por un misil que destruyó parte del avión. El otro había alcanzado a lanzar sus chaff y bengalas y logró regresar indemne a su base. Al día siguiente cesaron las hostilidades.

Cuando los prisioneros argentinos regresaron al continente, debieron llenar, por escrito, “Interrogatorios a Personal que participó en el Teatro de Operaciones Malvinas”. Uno de los puntos a completar era “Comentarios del Enemigo” y, al revisarlos, pueden observarse varias referencias al Canberra en las que se escuchó decir que debían haber sido renovados en su equipamiento por lo exacto de sus bombardeos y su accionar eficiente.

El sistema de contramedidas electrónicas, que había comenzado a tomar forma por el empeño de unos jóvenes adolescentes de Paraná probó su efectividad, a un punto tal que, los únicos dos aviones Canberra derribados fueron los que no pudieron lanzar los Chaff fabricados por la tallarinera ni las bengalas caseras.

Emilio Duca
Dirección de Estudios Históricos de la Fuerza Aérea.
Fuente: - Historia de la Fuerza Aérea Argentina - Tomo VI – La Fuerza Aérea en Malvinas.

Al finalizar este día, la Fuerza Aérea había pasado por su Bautismo de Fuego.

El comando de la FAS, informado del ataque enemigo, apreció correctamente, que se producirían nuevas incursiones aéreas, sobre objetivos terrestres en Malvinas (radares y otras posiciones defensivas en Puerto Argentino), por parte de la aviación de la Task Force.
Antes del amanecer se ordenó a las BAM Río Gallegos, Río Grande y San Julián que, en distintos grados de apresto, se pusieran en alerta secciones armadas con misiles aire-aire Magic / Matra / Shaffrir y cañones, esperando órdenes para entrar en acción. 
A las 07:45 del 1° de mayo,  despegaron de Río Grande 2 M-5 Dagger. El combate a bajas cotas aumentaba el consumo de los Mirage III y M-5 Dagger que, sin capacidad de ser reabastecidos, quedaban sin posibilidad de regresar al continente.
Con las primeras luces, como se suponía, los Sea Harrier embarcados atacaron las BAM Malvinas y Cóndor. Ante el resultado exitoso de los primeros ataques aéreos británicos y las numerosas detecciones, visuales y electrónicas, que efectuaban los defensores argentinos de las islas. la Fuerza Aérea Sur ordenó el despegue escalonado de prácticamente el 100% de sus  aviones de combate.
Se concretaron 58 salidas de combate:
 •3 aviones derribados. 2 tripulantes fallecidos, 1 recuperado.
•1 avión, derribado por la artillería propia, piloto fallecido.
•2 aviones regresaron por inconvenientes técnicos.
•5 aviones regresaron por ser interceptados.
De los dos aviones Mirage M-III, uno de los pilotos se pudo eyectar luego de entrar en combate con un avión inglés y rozarse en vuelo con el enemigo, siendo rescatado por las fuerzas propias. El otro también entró en combate, pero al darse cuenta que su autonomía de combustible era escasa y no le permitiría regresar al continente, intentó salvar el avión entrando al espacio aéreo de Malvinas sin alcanzar a comunicarse con los controles radiales ni la artillería de defensa de la Isla para que desconectara el sistema de tiro que funciona de esta forma: ni bien ingresa un avión en zona de detección de su radar, automáticamente comienza a disparar. Y así este avión fue derribado por haber sido confundido con el enemigo que en ese preciso instante también atacaba.
De los ataques producidos por la aviación inglesa a las Islas, fue destruido un avión IA-50 Pucará en tierra. Además nuestra Fuerza Aérea perdió un avión MK-62 Canberra, desapareciendo sus dos pilotos.
Al finalizar este día, la Fuerza Aérea había pasado por su Bautismo de Fuego.
En este día ofrendaron su vida al servicio de la patria:

Capitán D. Gustavo Argentino García Cuerva
Primer Teniente D. Mario Hipólito Gonzalez
Primer Teniente D. José Leónidas Ardiles
Teniente D. Daniel Antonio Jukic
Teniente D. Eduardo Jorge Raúl de Ibañez
Cabo Principal Mario Duarte
Cabo Principal Juan Antonio Rodriguez
Cabo Primero Miguel Angel Carrizo
Cabo Primero José Alberto Maldonado
Cabo Primero José Luis Peralta
Cabo Primero Agustín Hugo Montaño
Cabo Primero Andrés Luis Brasich
Soldado Clase 62 Guillermo Ubaldo García
Soldado Clase 62 Héctor Ramón Bordón [1]



"Afirmación de los derechos argentinos sobre las Islas Malvinas y Sector Antártico Sur"



La posición argentina cuenta con un amplio respaldo internacional. América Latina y el Caribe apoyan firmemente nuestros legítimos derechos sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes. Dicha solidaridad se extiende también a países de otras regiones, como las 54 naciones africanas que en 2013 suscribieron la declaración de Malabo (Guinea Ecuatorial) en la que reconocieron los derechos de soberanía argentinos.

La recuperación pacífica de las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes, respetando el modo de vida de sus habitantes y de conformidad con el derecho internacional, constituye un objetivo permanente e irrenunciable del pueblo argentino, tal como lo establece la Cláusula Transitoria Primera de la Constitución Nacional.

Asimismo, los representantes de todas las fuerzas políticas expresaron en la Declaración de Ushuaia su posición común en defensa de los derechos argentinos en la disputa de soberanía con el Reino Unido.

La creación de la Secretaría de Asuntos Relativos a las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes en el Atlántico Sur a fines de 2013 ilustra el firme compromiso del Gobierno nacional con la defensa de los derechos argentinos y la búsqueda de una solución pacífica a la disputa; en tanto que la inauguración el día 10 de junio del 2014, del “Museo Malvinas e Islas del Atlántico Sur”, constituye una clara demostración de la voluntad política de difundir entre las nuevas generaciones los sólidos argumentos que sustentan la posición nacional y recordar a los argentinos que entregaron sus vidas en defensa de las Islas.(1)

(1)https://www.mrecic.gov.ar/10-de-junio-dia-de-la-afirmacion-de-los-derechos-argentinos-sobre-las-islas-malvinas-georgias-del

Pioneros: Teniente Luis C. Candelaria - “El Paso de los Andes. El sueño de Jorge Newbery realizado"

En la Sala General del Museo del L.A.M. contamos con un espacio dedicado a recordar a los y las pioneras de la aviación argentina.Un conjunto de fotografías enmarcadas se constituyen en el marco evocativo de los mismos.

En ésta ocasión, quisiéramos recordar al Teniente Luis Candelaria, quién logro unir las localidades de Zapala (Argentina) y Cunco (Chile), en un avión Morane-Saulnier Parasol de 80 caballos de fuerza, el 13 de abril de 1918, en un tiempo de vuelo de 2 horas y 30 minutos, alcanzando los 4.000 msnm.

 El gobierno de la nación argentina le dio el título de Aviador Militar por dicha hazaña.

El Aeropuerto Internacional Teniente Luis Candelaria es el Aeropuerto Internacional de San Carlos de Bariloche, provincia de Río Negro, Argentina, lleva el nombre de éste piloto argentino que cruzó la cordillera de los Andes por primera vez en el año 1918, considerándose una hazaña para la época.

En la ciudad de Zapala la escuela primaria N°3 lleva el nombre del Teniente aviador Luis Candelaria.

A pesar de que falleció en San Miguel de Tucumán, en esta ciudad descansan sus restos, respetando los deseos del Teniente Candelaria. Su tumba tiene grabada la inscripción "13 de abril de 1918".


Luis C. Candelaria fue incorporado al Ejército y siendo teniente de Ingenieros ingresó al IV curso de la Escuela de Aviación Militar que funcionaba en El Palomar, donde inició el aprendizaje en setiembre de 1916, obteniendo el brevet de piloto internacional en septiembre de 1917.

El monoplano Morane Saulnier había sido donado en 1915  por las damas mendocinas a la Escuela de Aviación Militar.

Para este cruce, muy destacada fue la actuación del mecánico Miguel Soriano y los aprendices Juan Valentini y Ramón Jimenez, tanto en el armado como desarme del avión, arreglos y mantenimiento. Sin problemas y viajando en el mismo tren con el avión desarmado, llegaron a Zapala el 5 de abril de 1918 a las 11.30. Por la tarde de aquel día eligió “un pequeño espacio de terreno para pista en el linde norte de la población”.
Mecánico y ayudantes instalaron el hangar de lona desmontable y con peones contratados se limpió y arregló la pista.
El viento comenzó a demostrar su presencia; el mayor problema para los preparativos del cruce cordillerano y para él mismo.
“Dos cajones de nafta y uno de ricino” serían el combustible a emplear.
La cordillera del Chachil estaba a la vista y constituía el desafío.

Los habitantes zapalinos vivían el asombro del pájaro mecánico que imitaría el vuelo de águilas y cóndores tan habituales en la zona, sin imaginar el principal protagonismo que el futuro les incorporaría como testigos para la historia de la aviación en la Patagonia.
Armado el avión por Soriano y aprendices ayudantes llegaron los vuelos de prueba. La hélice era de madera argentina, petiribí, construida en los talleres de la Escuela de Aviación y el “rotativo Rhone 80 HP cuyo juego de bielas y pistones también de construcción nacional (Casa Mariscal Hnos) y de los nueve cilindros que tiene en uso el avión, sólo seis le son propios”.
Llegó el día.
“Los tanques cargados para cuatro horas de vuelo (130 libros de nafta y 36 litros de aceite de ricino” y, además, “en el cajón trasero herramientas para las reparaciones más inmediatas, repuestos indispensables,el famoso mapa de Ludwig, un buen barógrafo registrador en marcha con su cinta barográfica y un pequeño botiquín. Frente al asiento: reloj contador de revoluciones, altímetro y brújula”.
No tuvo termómetro.
El 13 de abril de 1918 surgió la decisión. Había nevado.
El aparato estaba en la pista, Candelaria no escuchó consejos de postergar la partida. Probó el motor. Satisfecho.
Al oído le dijo a Soriano: “Buscame en la cordillera”, eran las 15.30.
Fueron apareciendo las elevaciones cerro Canzino, su similar Carrere en la cordillera del Chachil, lago Aluminé y cerro Pichilloncolo.




Vio el volcán Llaima con “columnas de humo” y luego del cruce cordillerano, ya en Chile, lagos Icalma y Hueyeltue, Sierra Nevada y cordillera de Irrampe.
En algunos momentos voló a más de 4.000 metros de altura.
Buscó lugar para aterrizar.
Divisó un caserío “entre bosques y pequeños charcos de agua”.
Comenzó a volar en círculos y decidió el aterrizaje en “terreno que resultó pequeño y limitado por un arroyo barrancoso a la izquierda”, llevándose por delante un corral que “cedió rompiéndose sus maderos y la hélice con estruendo, mientras que el Parasol en obligada acrobacia, se daba vuelta en el aire”.
Tuvo suerte: algunos rasguños en las manos y “dolorida la rodilla derecha que le sangraba”. Se hicieron presentes un carabinero y un misionero y estrechó la mano de Eustaquio Astudillo preguntándole donde estaba: “En Cunco, señor”. Desde Zapala, con su primer avión y piloto, la travesía de los Andes se había concretado.

Al regreso a Buenos Aires por tren y desde estación Retiro fue llevado en andas hasta el Círculo Militar donde se lo agasajó.
Las más destacadas publicaciones periodísticas del país se refirieron a la hazaña aérea de Luis C. Candelaria, lo mismo que otras como “Flores del Campo” de Viedma que en edición de 18/4/1918 expresaba

“El Paso de los Andes. El sueño de Jorge Newbery acaba de ser realizado.
Un teniente de nuestro ejército, Luis C. Candelaria, ha recorrido la ruta estupenda, consumando una hazaña realmente magnífica: la tentativa malograda de varios animosos antecesores.
La emocionante aventura produce en todas partes la impresión consiguiente.
Se considera que el raid del teniente Candelaria constituye una de las páginas más bellas, si no la más bella, de cuantas han llenado hasta aquí los conquistadores del aire en su noble afán por alzar el dominio del hombre hasta el seno majestuoso de lo inaccesible”.


Bibliografía:
Revista Zapala 8340. Recuperado 20.12.2020

Monumento a los Héroes del Crucero ARA Gral. Belgrano.

Uno de los monumentos erigidos en la Plaza de Armas del L.A.M.  es un Ancla en conmemoración a los Héroes del Crucero ARA Gral. Belgrano.


El mismo es una donación que realizó la Armada Argentina y forma parte del patrimonio histórico de nuestra Institución.


Dicho memorial mantendrá siempre el recuerdo de que, a mediados de marzo de 1982, el Crucero ARA General Belgrano, con 44 años de funcionamiento y convertido en buque insignia de la Flota de Mar, se encontraba en mantenimiento, luego de un largo viaje, cuando le fue anunciado la alerta de una posible guerra con los ingleses. A poco de que las tropas argentinas pisaran suelos malvinenses, el 16 de abril, el buque zarpó hacia Islas de los Estados, en las aguas de Ushuaia, a fin de defender la línea de la costa, vigilar los accesos desde el sur a la zona de las islas e interceptar la flota enemiga de ser requerido. [1]

El primer día de mayo, el crucero se encontraba rumbo a posiciones de guerra, pero en la mañana del 2 las órdenes fueron cambiantes, llamando a tomar posición de espera, al sur de las islas, fuera del área de exclusión declarada por Gran Bretaña. No obstante ello, el gobierno inglés da órdenes al submarino atómico Conqueror de torpedear y hundir el crucero General Belgrano. En su hundimiento, fallecieron 323 personas, casi la mitad del total de muertos argentinos en la guerra.

El hundimiento se produjo unas 240 millas náuticas al sureste de Ushuaia, Tierra del Fuego.

Su dotación fue conformada por oficiales, suboficiales, cabos, marineros, conscriptos y dos civiles, encargados de la cantina del buque, voluntarios en la misión.

En el año 1998, bajo el decreto nacional 745/98, ​ se declaró el día 2 de mayo como "Día Nacional del Crucero A R.A. General Belgrano" en recuerdo de todos los tripulantes que murieron como consecuencia del ataque sufrido por ese buque de la Armada Argentina, durante el conflicto bélico del Atlántico Sur librado entre el 2 de abril y el 14 de junio de 1982.

Creación de las Brigadas de la F.A.A.

 


La consolidación de la F.A.A. como arma independiente del Ejército Argentino data del 4 de enero de 1945, cuando se creó la Secretaría de Aeronáutica siendo por ello la más joven de las fuerzas militares.

En 1927 se creó la Dirección General de Aeronáutica, para coordinar la aviación militar del país. Posteriormente, en 1944 se creó el Comando en Jefe de Aeronáutica, el cual dependía directamente del Ministerio de Guerra y tenía como finalidad dirigir los asuntos aeronáuticos del país, con excepción de la Armada, y el fomento de la actividad aérea civil.​ El paso siguiente fue la creación de la Secretaría de Aeronáutica el 4 de enero de 1945, siendo este día en el cual la Aeronáutica Argentina se constituyó como tal.​ Su nombre oficial fue cambiado en la década del 60 por el de "Fuerza Aérea Argentina".

El 15 de marzo de 1949 los nuevos organismos asumen el comando de las bases, de los elementos operativos y de sus respectivos escalafones técnicos. Dependen del Comando en Jefe de la Fuerza Aérea Argentina (Decreto Nº6433 - BAR Nº372).

I Brigada. Constituida por la Base Aérea Militar El Palomar, guarnición de los Regimientos 1 y 2 de Transporte Aéreo, este último asentado en el aeródromo de Morón.

II Brigada. Integrada por la Base Aérea Militar General Urquiza, asiento del Grupo 1 de Observación.

III Brigada. Integrada por la Base Aérea Militar Reconquista, asiento del Grupo 2 de Observación.

IV Brigada. Integrada por la Base Aérea Militar El Plumerillo, asiento del Regimiento 3 de Ataque.

V Brigada. Integrada por la Base Aérea Militar Coronel Pringles, asiento del Regimiento 1 de Bombardeo.

VI Brigada. Integrada por la Base Aérea Militar Tandil, asiento del Regimiento 4 de Caza Interceptora.

El 9 de enero de 1951 las brigadas se transforman en brigadas aéreas, con la asignación de los grupos técnicos, constituyéndose en entidades operativamente independientes. 

Se modifica la denominación de regimientos aéreos, grupos aéreos y bases aéreas militares por las de grupos aéreos, escuadrones aéreos y grupos bases (Decreto Nº 112/51-BAC Nº45).

Referencia: Efemérides de la Fuerza Aérea Argentina. Edición 2022.